Politólogo
de la Universidad Nacional de Colombia
Grupo
de Investigación de Presidencialismo y Participación.
El
presente texto tiene como fin dar una pequeña introducción del
proceso que se llevo a cabo por parte del grupo de investigación de
Presidencialismo y Participación de la Universidad Nacional de
Colombia para recopilar unos seminarios dados por el maestro
Estanislao Zuleta en la Universidad Libre sobre la Fenomenología del
Espíritu de G W F Hegel; en un primer momento, se realizó la
compilación de estos seminarios con la grabación de unos audios de
los cuales no tengo su copia pero que fueron transcritos a máquina
de escribir (supongo que en la década finales de los setenta) y
posteriormente fueron digitalizados por mi persona para hacer más
fácil su lectura y futura edición y publicación de éste inédito,
que ha de convertirse en un clásico del análisis filosófico en
Colombia.
En
un segundo momento el propósito de este texto es hacer una
invitación para que los lectores de la revista pensamiento de
ruptura se acerquen a la filosofía hegeliana, fundamental para
comprender a pensadores posteriores a él, que lo usaron como
sustento, como sustrato, como base para construir una nueva teoría y
refutar de manera critica su concepción de la dialéctica, el
idealismo y la cosmovisión o su forma de entender la vida material,
como lo harían en su momento Marx y Nietzsche; la invitación que
quiero realizar es con respecto al tema inicial que en el texto del
maestro Zuleta va a ser, de alguna manera, el hilo conductor de esta
obra: ¿es necesario un prologo para presentar una obra filosófica?
O de manera más clara ¿en las obras filosóficas se hace necesaria
la generación de un prólogo?, la idea es debatir sobre estas
preguntas y luego adentrarnos un poco sobre la concepción del
concepto fenomenología,
¿qué significa fenomenología? ¿Por qué Hegel utiliza este
concepto?
La
idea es inculcar el gusano de la curiosidad en los lectores para que
se adentren en el mundo de la filosofía hegeliana y puedan
comprender y debatir la importancia que tiene para el pensamiento
contemporáneo seguir leyendo las páginas de la fenomenología del
espíritu, comprender que implica hacer el ejercicio de invertir la
formula hegeliana de la dialéctica, como lo haría Marx, y aportar
una nueva interpretación de la relaciones sociales, que son en
ultimas las creadoras de las dinámicas actuales en términos
sociales, culturales, políticos y económicos que nos transforman en
unas personas especialmente criticas de nuestro momento histórico.
Fuente: https://de.wikipedia.org/wiki/Geschichte_der_Sozialdemokratischen_Partei_der_Schweiz#/media/File:Karikatur_Das_Verh%C3%A4ltnis_Arbeiter_Unternehmer.jpg
El
prólogo a una obra de filosofía es innecesario para Hegel, pero
paradójicamente lo realiza, pues como explica Zuleta “En el
prefacio que precede a su obra un autor explica habitualmente el fin
que se ha propuesto, la ocasión que lo ha conducido a escribir y las
relaciones, que, a su juicio, su obra mantiene contra los tratados
precedentes o contemporáneos que se refieren al mismo
asunto”(Zuleta, 2018); es innecesario porque un prologo o prefacio
sobre una investigación filosófica desnaturaliza esta última, pues
es en su devenir histórico, fenomenológico, si se quiere, en donde
se forman, se consolidan y se critican los principios o dogmas que se
refieren a cierta idea o asunto; hablar desde afuera, como se hace en
un prefacio, hablar desde afuera de un resultado sin tener en cuenta
el proceso mediante el cual se llega a él, deja vacía en si misma
la idea de filosofía, como lo dice el propio Zuleta:
“En
filosofía no se podría hacer eso (el prólogo), porque los
resultados no tienen ninguna validez, sin el hecho de que dependan de
un desarrollo necesario, que conduzcan a ellos. Por otro lado no hay
ninguna manera, de presentar la filosofía, por ejemplo, comentando
los resultados de una investigación y comparándolos por otros
puntos de vista sobre los mismos temas en otras investigaciones, es
decir de hacer un prefacio, puesto que la única manera de presentar
una tesis filosófica es presentar la exposición de todo el
desarrollo que conduce necesariamente a ella; en cambio presentarla
como un resultado y luego ponerse a hacer comentarios, no hace parte
de la presentación de la verdad filosófica.”(Zuleta, 2018)
Para
Hegel la conciencia precede la materia, la conciencia va dirigida al
objeto de esta y por lo tanto lo real es producto de la conciencia,
el objeto en si es reconocido como un objeto para la conciencia, de
ahí que en un primer momento, para Hegel la conciencia sea de
carácter dogmático, esto es que esta 100% segura de su propio saber
y conocimiento, como lo diría Descartes: Pienso luego existo, en
este momento la pertinencia de un prólogo a
priori se
hace valida, pero cuando esta (la conciencia, el espíritu) se da
cuenta de su propio error de valoración de la realidad, entra una
segunda figura: la autoconciencia (la conciencia toma conciencia de
sí): en donde se reconoce en el objeto en si como un reflejo de su
propio juicio y no como lo que es: un objeto material, ésta se
transforma y pasa de ser dogmática a una conciencia escéptica;
dicho lo anterior lo que se trata de explicar es por que para Hegel
no es pertinente el uso de un prefacio:
“(…)
la idea misma de hacer un prefacio queda descalificada, en cuanto a
que el prefacio trataría de los resultados a que el autor ha
llegado; resultados de los que nada podemos decir, ni saber
realmente, en tanto que verdades, si desconocemos el proceso que a
ellos conduce (…) porque sería poner el resultado antes del
proceso, y antes el proceso carece de verdad, puesto que la verdad es
la necesidad del proceso, del cual es resultado. De todas maneras,
sigue con el prefacio en su obra.” (Zuleta, 2018)
El
conocimiento no es algo que simplemente ponga en contacto a la
conciencia con el objeto, el conocimiento es producto de la
experiencia de la conciencia, en donde esta se va corrigiendo en el
devenir de su historia, de su movimiento, esto es fenomenología,
pero para adentrarnos antes a la categoría como tal es necesario
comprender que para Hegel la naturaleza como es espíritu son
resultado de lo absoluto, de la totalidad inmanente, si lo queremos
ver en términos spinozianos, y mas que eso, son lo absoluto; para
Hegel la filosofía va más allá del arte, la filosofía es ante
todo una ciencia de los absoluto: una ciencia de la naturaleza y el
espíritu.
Partiendo
de ese principio la filosofía hegeliana se puede comprender
dividiéndola en tres momentos nucleares (para facilitar su
comprensión), un primer momento es de carácter lógico: en donde la
comprensión de la idea (o si se quiere la conciencia) en si misma,
se denominara como el espíritu subjetivo, un segundo momento seria
concebir la naturaleza o la idea de la naturaleza como un espíritu
objetivo y un tercer momento donde Hegel interpreta la filosofía
como la filosofía del espíritu: la que estudia la idea en sí y
para sí: el espíritu absoluto.
Solo
nos adentraremos a la primera noción, pues la idea es que los
lectores se familiaricen con el desarrollo conceptual que realiza
Zuleta en su inédito para comprender la fenomenología en su
complejidad.
“La
Fenomenología es el estudio, de la consciencia, de la experiencia
tal como se ofrece a la consciencia: la de Hegel o la de Husserl, o
como dice Hegel, la de Kant, porque Hegel considera, por ejemplo, que
la Critica de la Razón pura, es una fenomenología: es inclusive
hasta el momento en que él escribe ésta, según él mismo, la
fenomenología misma. Es pues, fenomenológico el estudio que
averigua como, de qué manera la consciencia, experimenta su objeto,
el ser, dijéramos, o el mundo si se prefiere y se experimenta a sí
misma: averiguar eso, es hacer fenomenología.” (Zuleta, 2018)
El
profesor Zuleta interpreta la fenomenología hegeliana como un
desarrollo teórico que esta por fuera del a comprensión de su
época, la sitúa a la par del psicoanálisis Freudiano y a la par de
la filosofía vitalista Nietzscheana en el sentido que ésta, para
Nietzsche, es escrita para los hombres del futuro, como deja claro en
su Zaratustra: un libro para todos y para nadie; cito al respecto un
comentario que realiza Zuleta con respecto al concepto de dialéctica
para hacer visible el desarrollo de la idea a la que quiere llegar:
“Si
queremos exponerlo en términos un poco más próximos a Freud, por
lo menos para tener una referencia teórica, podríamos decir que: la
diversidad es la determinación puramente negativa, de una
negatividad puramente exterior, que solo ve en lo otro, lo que le es
propio, y no ve la afirmación como negación interna, y, en
consecuencia, como presencia en si de lo otro. Como se ve, la
dialéctica de los términos propuestos implica concepción
dialéctica de cada termino, tal como se efectúa en la
contraposición; consciente-inconsciente, finalidad-represión,
tendencia-tendencia negada y realizada, resultado exterior-deseo
inconsciente, diversidad-identificación.” (Zuleta, 2018)
Siguiendo
el comentario al respecto de la fenomenología, Zuleta nos comenta
que en la lectura de Hegel se presenta problemas de carácter
comprensivo, porque hasta autores de la talla de Nietzsche no logran
comprender en su complejidad la propuesta teórica del padre del
idealismo pos kantiano; la idea es, en ese sentido hacer mas
comprensivo su planteamiento filosófico para comprender cual es el
deber ser, si lo hay y lo que es en sí la filosofía como ciencia;
la idea misma del Dios cristiano que ambos autores alemanes
complejizan y debaten desde sus puntos de vista es efectivamente
transformada, dinamizada y deconstruida siguiendo parámetros
similares, por un lado Hegel nos habla del mito del diluvio en tres
de las principales civilizaciones del mundo antiguo: la griega, la
persa y la judía para ejemplificar mejor su conceptualización sobre
la fenomenología y como la conciencia del espíritu se transforma
según su propio devenir histórico.
Mientras
que para Nietzsche dios en su concepción histórica y moral ha sido
asesinado por el propio hombre a través de la ciencia y la
inculcación de nuevos valores establecidos, de nuevas tablas, para
el autor Dios ha muerto por culpa de su propia compasión hacia los
hombres, que lo han creado a su imagen y semejanza.
“La
fenomenología estudia pues la historia que va, -ese es el programa
de Hegel- de la consciencia inmediata (que se puede denominar
también, por ejemplo, la sensación) a la consciencia plenamente
desarrollada, que Hegel denomina el saber absoluto, tal como se
ofrece finalmente en la filosofía, en el arte, en la religión según
Hegel, y se refiere a la religión, pero a la religión interpretada
por él, y no en la consciencia de sí, que ella tiene; por eso,
pues, el saber absoluto contiene igualmente la religión, o incluso
podríamos si quisiéramos abonarle a Hegel, esa introducción o
intromisión de la religión, podríamos decir, que la religión en
la medida que Hegel la trata como, para decirlo en estos términos,
psicoanálisis del inconsciente colectivo en su desarrollo histórico:
eso es aproximadamente la religión de Hegel.” (Zuleta, 2018)
En
conclusión la filosofía, como ciencia del espíritu, mas que una
forma de arte, es la búsqueda científica de los hechos concretos
que hacen posible comprender puntos de vistas tan disimiles sobre
cualquier hecho en la realidad fáctica, la invitación que abierta
para los lectores, pues el reto es comprender a Hegel mas allá de
Marx, comprender sus puntos de vista y teorías más allá del mismo
Hegel y sobre todo aprender de él, pues aún es posible, cómo el
método fenomenológico puede ayudarnos a descifrar mas las
problemáticas actuales de nuestra sociedad contemporánea, finalizo
citando entonces al maestro Zuleta que nos habla de la filosofía en
los términos que comprendía Hegel:
“El
proceso de la filosofía no se puede pues justificar, como un
resultado, ni como propósito, esto buscamos; tampoco se puede dar
una tendencia, por ejemplo, un método vacío: procederemos así; es
necesario integrar los tres momentos, como momentos
interdependientes, o no se dice nada en filosofía. Bueno, entonces
llegamos a esta conclusión: ¿para qué un prefacio? ¿qué es lo
que él está diciendo? Sin embargo, este otro problema: cómo
comienzo el proceso del saber y cómo el hecho de seguir el objeto en
todos sus momentos no es el choque inicial con los objetos del saber
tampoco.” (Zuleta, 2018)
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