30 agosto 2018

CON QUÉ PAÍS NOS TOPAMOS EL 20 DE JULIO: LA RADICAL DISPUTA POR LA HEGEMONÍA, PARAPRESIDENCIALISMO Y DEMOCRACIA SUBALTERNA.

Por Miguel Ángel Herrera Zgaib
Profesor Investigador, Unal. Director Grupo Presidencialismo y participación. Presidente de la IGS-Colombia.

“Cuiden la paz, porque es el bien más preciado que tenemos.” Juan Manuel Santos, discurso de instalación del Congreso.
El penúltimo obstáculo con que se tropieza el joven presidente de la reacción y la derecha, Iván Duque, testigo presencial de la transacción con Duda Mendoca, testaferro de Odebrecht, en la pasada presidencia, es la definición de quiénes estarán al frente del Congreso, y hasta el pasado jueves, Nancy Patricia Gutiérrez, escogida para el mininterior, fracasaba.

Con la presencia directa del senador Uribe se persuadió a la dupleta de Cambio Radical y Partido de la U, al ofrecer suficiente “mermelada tóxica” a sus máximas dirigencias, para que acepten en el primer año, a Ernesto Macías, para presidir el senado, mientras que será un liberal, para presidir la Cámara durante el primer año.

Un día antes, al borde de vencerse los plazos, el defectuoso CNE declaró y entregó las credenciales a los congresistas que hoy, en ceremonia, recuerdan en el papel, la relevancia política de la soberanía popular, que de manera indirecta representan, porque así lo establece el art. 3. de la Constitución de 1991.

El presidente saliente, quien dio inicio a la disputa por la hegemonía, firmando la paz con las Farc-Ep, transformadas hoy en el partido Farc, y presente en la instalación del Congreso, con dos ausencias significativas, una inducida, la de Jesús Santrich, acusado de narcotráfico por el gobierno estadounidense, y la de Iván Márquez, quien no se presentó, en protesta contra esta acción de la Fiscalía de Humberto Martínez, y el modo cómo el congreso que hoy termina bloqueó y reformó la ley estatutaria de la JEP.

En la intervención del presidente Santos, en su twitter, el senador Uribe, hizo más de 70 réplicas, en particular, recordando que la elección de su rival se hizo de manera ilegal, construyendo un contra-discurso, y por supuesto, haciendo mutis por el foro, a la corrupción en sus propias filas, entonces y ahora.

Así se entra en el momento más relevante de la tensión entre el régimen para-presidencial y la democracia subalterna en la Colombia del posconflicto, de la que un primer episodio lo marcó la elección presidencial, y uno segundo lo define la dirección del nuevo Congreso, parcialmente renovado. El tercero tendrá su momento definitorio en el año 2019, cuando se confronten las trincheras de la pararepública, donde tienen sus casamatas sembradas desde 1999, la reacción y el bipartidismo tradicional.


¿Equilibrio de poderes?


Esta vez hay un incremento en los integrantes del Congreso, como resultados del Estatuto de la Oposición, recién sancionado por el presidente saliente, donde se reconoce al segundo partido o coalición en la elección un senador, y representante, respectivamente. Este es el caso de Colombia Humana, con Gustavo Petro Orrego, y con Angela María Robledo, con quienes se oficializa la denominada Bancada por la paz, la vida y la democracia.

Estos casi 50 congresistas de la oposición enfrentarán e intentarán controlar los desmanes de la bancada de la guerra, que encabeza el partido del presidente Duque, con su maltrecho “escudero”, Álvaro Uribe, el chalán caído. Eso sí, entre los dos bloques aparece una ilusoria fiel de la balanza política, al menos hasta pocas horas de la instalación del Congreso el 20 de julio.

Con el liderazgo de Germán Vargas Lleras, uno de los grandes “quemados”, éste insistirá, ante su antigua lugarteniente, Nancy Patricia, emisaria de Duque, en que el congreso lo presida Germán Varón, a la cabeza del senado. A nadie se le ocurre pensar que Cambio Radical y el Partido de la U pacten con los 6 partidos que constituyen el bloque de la paz, en cuyo caso la oposición tendría por primera vez la oportunidad de estrenar, efectivamente, los checks and balances, propios de los inventores del presidencialismo moderno, los padres fundadores de la gran nación americana.

En la bancada por la paz, la vocería circunstancial la tiene el senador Iván Cepeda, quien por lo demás, en ningún caso ha cerrado puertas al diálogo con la coalición que eligió al presidente en la segunda vuelta.


Novedades en la elección de congresistas


Ya se definió un buen acuerdo, aunque el partido de la U, no obtuvo ninguna presidencia. Armando Benedetti, senador,

Con inocultable atraso, el CNE entregó credenciales, y de lo decidido aparece el siguiente reparto de curules: 19 senadores para el CD, 16 para Cambio Radical, 14 Partido de la U, 14 Conservadores. De los componentes de la Bancada por la paz estos son los números: Verdes con 9, Polo con 5, Decentes 3; igualmente tienen 3, tanto el Mira, como el grupo cristiano Colombia Justa Libres.

En la Cámara esta es la distribución de fuerzas; 35 Liberales, 32 del CD, 30 CR, PdeU, 25, Conservadores 21. En la Oposición, los representantes están distribuidos así: Alianza Verde, 9, Decencia, 2, PDA, 2, Mais, 1. Y un tercer grupo, donde cuentan Opción Ciudadana, 2, Mira, 1, Colombia Justa Libres, 1, Coalición Alternativa Santandereana, 1.

Igualmente están los 5 representantes y 5 senadores que corresponden al partido Farc, como compromiso cumplido de los Acuerdos de Paz. Estas cuentas generales no variaron en mucho lo establecido en el preconteo del 11 de marzo.

Pero recordemos también que Cambio Radical perdió un senador, Antonio Guerra, y en su lugar entra, Ana María Castañeda. El CD confirmó a José Obdulio Gaviria como el senador 19 de su lista abierta. Hubo 4.000 reclamaciones tramitadas, y la impugnación de la primera vuelta electoral.

Con estas sumas y restas de última hora, hay preguntas acerca del porqué de tales variaciones en las cuentas del 11 de marzo. Más la doble paradoja, en dos orillas opuestas, de la autorización de credencial para Jesús Santrich, detenido a órdenes de la Fiscalía por cargos de narcotráfico hechos por una autoridad estadounidense con el pedido de extradición; y la otra es la credencial para la conservadora Aída Merlano, a quien el mismo día la Corte Suprema cita para responder a cargos.

En la sesión del viernes se presentó la protesta de Gloria Flórez, quien era senadora, según los votos contabilizados hasta el día jueves, pero el CNE no validó tal votación. Así que Gloria se sentó en medio de Gustavo Petro y Ángela María Robledo

Cifras y estrategias en la guerra de posiciones en la sociedad política

“La movilización social se va a incentivar en este gobierno.” Alexander López, senador PDA.

Las cifras totales del nuevo congreso son 108 senadores, y 172 representantes, donde aparecen contemplados tantos los congresistas de la Farc, como los senadores y representante del movimiento de cristianos Colombia Justa Libres, que no aparecía en el preconteo, convertida en la gran sorpresa, cuyo ingreso afectó las aspiraciones de igual número de congresistas.

Ellos son los que el viernes decidirán voto a voto, quienes presidirán las cámaras y las diferentes comisiones legislativas. Resolverán en parte el misterio de cuánto control podrá tener el poder ejecutivo en cabeza de Duque, para adelantar sus programas de contrarreforma publicitados en campaña.

Se anunció que hubo un acuerdo para las presidencias de las cámaras, que se convalidará del siguiente modo: el primer año, la presidencia del senado la tendrá el CD, el Liberalismo la de la Cámara, y el segundo año, el Liberalismo presidirá el senado, mientras que el CD tendrá la cámara. La Comisión 7a. la presidirá el CD, la 1a. los Conservadores, y la 2a., el Liberalismo.

La oposición que tiene el liderazgo político de Gustavo Petro presentará el listado de 14 iniciativas, de los que hacen parte 5 proyectos de reforma constitucional, y pondrá a jugar de nuevo 4 proyectos de ley que desarrollan el Acuerdo de Paz que quedaron congelados en la pasada legislatura.

Pero, la verdad de la oposición es que hay tres fuerzas que se reclaman como tales, para señalar su independencia, uno el sector que lidera la Colombia Humana, mientras que el PDA, con el liderazgo de Robledo, y la Alianza Verde con la vocería de Claudia López, harán lo propio. Habrá, claro, puntos de convergencia, que se expresan en la bancada por la paz, y en la consulta anticorrupción, que será la segunda prueba electoral, el próximo 26 de agosto.

En el inicio de la sesión del 20 de julio, hay la novedad de la no presencia de Santrich, porque está detenido, y tiene 8 días para resolver su situación, al igual que Iván Márquez, quien anunció días atrás que no se posesionará, mientras permanece en Miravalle, en espera de cómo se resuelva la situación de su compañero del partido FARC, Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común. Lo más seguro es que ambos renunciarán para que la Farc no pierda esas curules.

Es igualmente cierto que el Congreso no representa una renovación efectiva, casi el 40 % repite en el senado, y hay, sí, 29% de senadores nuevos. En la Cámara repite el 32 %, y hay una renovación cercana al 20%. Es evidente que la representación de las mujeres sigue siendo minoritaria, por lo que lo dispuesto en la ley de cuotas sigue sin cumplirse, porque en las votaciones los electores no favorecen la elección de mujeres candidatas.


La disputa hegemónica en un Estado ampliado imperfecto


Fuente:http://www.eltiempo.com/opinion/caricaturas/matador/mes-de-cometas-uribe-y-duque-255352


“Hay que ayudar a que el gobierno del presidente Duque sea un éxito.” Álvaro Uribe, senador.

“Tenemos más territorio que estado.” Jaime Castro.

“Un congreso pluralista, abigarrado, como diría Gabo… que da cuenta de la democracia colombiana.” Juan Manuel Santos, en el discurso de instalación del Congreso.

Ángela María Robledo, con la camiseta, “no más muertes para líderes sociales”, exigió silencio a los congresistas que aplaudieron la repuesta de presente dada por el senador Álvaro Uribe, porque está prohibido hacerlo en esta ceremonia protocolaria.

El periodista Plinio Apuleyo Mendoza, periodista e intelectual al servicio de la reacción colombiana, valiéndose de lo dicho por un corresponsal francés, en su escrito La manzana envenenada, reprodujo la cita: “Esto parece un país en guerra.” Para insistir luego, el antiguo intelectual izquierdista, que se habla de la paz, pero señala, “no veo en los periódicos del país ni en los noticieros de televisión nada de esa famosa paz, sino…terribles hechos de violencia.”

Para un historiador conservador, Eduardo Posada Carbó, que escribe regularmente una columna, el nuevo pacto, que se parece a los diversos frentes nacionales que estudió el sociólogo Fernando Guillén Martínez, autor del Poder Político en Colombia, una obra de regular y obligada consulta, explora tales condiciones, a raíz de la invitación hecha por el presidente electo en “la cumbre Concordia”.

Él insiste que la Colombia de hoy, sin embargo, no es la moderación sino la pasión y los extremos. Advirtiendo a su modo, que la novedad es la presencia de una oposición poderosa, pero no suficiente para haber afectado en algo la composición directiva del Congreso, el poder legislativo.

Mucho menos tiene fuerza efectiva la oposición en sus tendencias progresista, centro e izquierda, en el poder judicial, y en los órganos de control y vigilancia que componen el actual sistema político colombiano. El régimen presidencial reformado cumple 27 años de existencia, cuando se promulgó y sancionó la participación política en el articulado de la nueva constitución que derogó la cuasi centenaria nacida en 1886.

Posada Carbó habla de derecha e izquierda, y trata de explorar sus fuentes doctrinales, y sus proyecciones actuales. Para lo cual, Eduardo echa mano al gran pensador conservador Carl Schmitt, “para quien la política y el conflicto son una misma cosa.”

Pero, a él le preocupa con quién podrá establecer su pacto, el ganador, Iván Duque, y sobre qué temas. En todo caso la interpelación en la cumbre derechista Concordia tenía dos destinatarios, el sector privado y la sociedad civil. El analista no se equivoca sobre este particular, pues define el escenario principal de la disputa hegemónica en el posconflicto, la otra superestructura compleja, la sociedad civil, donde el consenso y no la dominación, la imposición, es lo fundamental.

El punto de encuentro posible, para este diálogo entre reacción, centro y progresismo es el desarrollo del país, pero los programas, en apariencia, son inconciliables. Aunque ninguna de las tres tendencias principales tiene una manifiesta posición anticapitalista. Está entronizado el capitalismo en el sentido común hegemónico en la sociedad civil de la Colombia sometida al “evangelio” neoliberal.

¿De la guerra a cuál paz?

El historiador conservador nada dice de la prioridad de la paz, pero, en cambio, sí habla de un acuerdo mínimo de “respeto a la vida, seguridad ciudadana, libertad y justicia, y estabilidad política”. Sobre el particular, invita al presidente a que responda, aunque no lo dice, a la invitación previa hecha por el “jefe natural” de la oposición.

Gustavo Petro, respaldado en 8 millones de votos, anunció desde el fin de la elección presidencial que será un senador activo, con más presencia en la calle y en las movilizaciones convocadas contra la corrupción, y en procura de apoyo a los proyectos legislativos, y a otro modelo de desarrollo.

La posibilidad de diálogo y de acuerdos sobre lo fundamental se funda en la guerra de posiciones, para sellar un posible desenlace de la crisis de hegemonía del régimen parapresidencial. Lo comparte el arquitecto burgués de la paz neoliberal, quien se refiere a la democracia procedimental, que resuelve las controversias por las ideas y no por la violencia, dice Santos.

Así las cosas, Santos da la bienvenida de la Farc a la democracia. También interpela a la Oposición, y las garantías que le fueron otorgadas en el estatuto que él finalmente sancionó. Se ufana de que el Congreso actual “entra por fin en el siglo XXI, y la democracia llega fortalecida en la nueva era.”

El desenlace de la crisis, según Santos, tiene dos herramientas fundamentales, estado y mercado, esto es, en términos de Gramsci, las instituciones y funciones de la sociedad política y sociedad civil, las superestructuras complejas que conforman un específico estado ampliado en construcción.

Hoy, en el tránsito de la guerra a la paz, una y otra tienen que ser recompuestas, porque el sentido común de los subalternos está en disputa, y en creciente y probada rebeldía, armada y desarmada. Pero, en el año 2018, tiene la defensa y la interpelación de una intelectualidad orgánica en ciernes, por fuera del bipartidismo, que ha sufrido una derrota efectiva en su control hegemónico tradicional, expresada en los resultados electorales por ambos partidos, el conservador y el liberal.

Aunque, en los hechos, las realidades locales, regionales y departamentales tienen en la pararepública una trinchera reaccionaria y de derecha, porque allí a lo largo de 12 años de este milenio se edificó la fórmula de la pararepública, que es un componente del régimen parapresidencial que no fue desmontado durante las dos presidencias consagradas a la paz neoliberal, por el presidente que ahora se despide.

No ha sido quebrado el bloque de poder, que tiene en la relación de fuerzas en el campo las claves del orden antiguo, tradicional, del que es expresión cabal el Centro Democrático y los partidos Liberal y Conservador.

El problema de la desigualdad social es la vértebra que es necesario quebrar. La cuota inicial en procura de la promesa constitucional consagrada en el art. 13, hace 27 años, lo marcará el resultado de la consulta anti-corrupción. Pero, el triunfo presidencial de Iván Duque vuelve a impedirlo, por lo que la nueva hegemonía de los grupos y clases subalternas en la guerra de posiciones democrática dará la última palabra con su acción consecuente.

El bloque histórico alternativo, del que la bancada por la paz es expresión, y las fuerzas de oposición en su pluralidad, semillero de la intelectualidad orgánica que se requiere, forzará con su presencia firme y beligerante, que se acabe con la impunidad, y que se avance en la reforma intelectual y moral, esto es, en la transformación del sentido común neoliberal que es hegemónico en la conciencia de los simples, para darle fuerza y raigambre a la disposición efectiva para conseguir una hegemonía integral, que requiere que también lo sea en lo económico.

Se necesita fundir la masa del pueblo en un todo, es lo que dice Santos, citando a Bolívar; y fija, el escenario principal de la disputa hegemónica, la forja de una compleja voluntad nacional popular que permita pasar de la paz neoliberal a la paz subalterna, antesala necesaria, ineludible de la paz democrática.



ENFOQUE POPULAR PRECARIEDAD LABORAL, MUTACIÓN CONSTANTE

Por Cristo Vergel, líder sindical de SINTRAINAGRO – Seccional Minas
San Alberto – Cesar, 15 de junio de 2017


En el primer trimestre de 1961 se sembraron las primeras plántulas de palma africana en el sur del Cesar. Fue en las poblaciones de San Alberto y Minas donde se instalaron las nacientes empresas Indupalma S.A. y Palmas Oleaginosas Hipinto S.A. respectivamente, llegando así los primeros cultivos de la aún incipiente industria de la palma de aceite, porque en esta parte del país apenas empezaba a formarse como industria.


                   Fuente: Cristo Vergel

El inicio de esta industria sugería un cambio sustancial en la economía local, cargada de desarrollo y progreso para la región y sus habitantes. Cosa difícil esta última, pues la forma de relacionamiento laboral que se implementó terminaría por beneficiar sólo a los contratistas, y por prácticamente esclavizar a la mayoría de trabajadores que proveían la mano de obra, y digo esclavizar porque estos trabajadores su salario les alcanzaba escasamente para mal comer y malvivir, no tenían dotación, elementos de protección personal, seguridad social, casino y trabajaban de sol a sol sin ninguna esperanza de progreso, siempre bajo la dura ley que la empresa imponía.

Cuando hablo de relacionamiento laboral me refiero a la forma o modelo de contratación, para los inicios de esta industria, el modelo fue la figura de contratistas, un modelo que desconocía cualquier vínculo laboral con estas empresas y por ende cualquier tipo de responsabilidad contractual. La figura funcionaba de la siguiente manera, las empresas identificaban los trabajadores con cualidades de liderazgo, y les encargaban la tarea de conseguir trabajadores, y de ahí en adelante todas las órdenes e instrucciones se harían a través de ellos, pero ni ellos mismos eran trabajadores directos de la empresa.  Su posición de contratistas les permitía obtener más ganancias a costo de los demás trabajadores, a quienes pagaban muy poco o en ocasiones incumplían los pagos acordados.

La cosa les salió muy bien y funcionaba de maravilla, claro, para los empresarios y los contratistas, pero para los trabajadores la cosa era otro cuento, trabajar por muy poca paga o en ocasiones sin ella, a medio comer, sin dotaciones, ustedes no lo van a creer, pero había trabajadores que laboraban descalzos y sin camisa, sin ningún tipo de seguridad social, sin ningún tipo de esperanza de cambio, la situación era dura, dura de verdad.

Y si la situación de estos hombres les parece dura, déjenme decirles que para las mujeres la cosa era peor, y en doble medida, pues su trabajo valía la mitad y las humillaban el doble por el sólo hecho de ser mujeres, y de los niños ni qué decir la cosa era más dura todavía, y ustedes dirán, pero ¿Cómo? ¿Niños? Pues sí, los niños trabajaban también en las plantaciones desde la edad de 10 años, yo mismo trabajé en ellas desde los 12 años, es algo de no creer, pero es verdad, una cruda verdad que nunca ha debido ser, pero fue y constituye uno de los atentados y violaciones más graves a los derechos de los niños, pues el trabajo nos robó la infancia.

Pero las cosas terminan por llegar a un punto donde ya no pueden empeorar más, y es allí donde el espíritu humano nos llena de fuerza y de coraje y saca a flote nuestra dignidad y nos empuja a luchar por libertarnos de las cadenas de la opresión

Entonces, en el año 1977 luego de ya varios intentos fallidos los 1500 trabajadores explotados en Indupalma logran organizase en un sindicato que se llamó Asintraindupalma, y por medio de una huelga que se prolongó por 32 días derrocan por completo el abominable sistema de contratistas y consiguen la que sería una de las mejores convenciones colectivas de la historia, el reconocimiento del sindicato, los contratos directos y a término indefinido de la totalidad de sus trabajadores, el reconocimiento de la totalidad de los derechos laborales y un gran número de beneficios extralegales. 

En medio del desarrollo de la huelga el grupo insurgente M-19 secuestró el gerente de la empresa Indupalma y pedía como condición para liberarlo solucionar el conflicto colectivo, condición que se cumplió y el pliego de peticiones fue negociado. Es necesario aclarar que este grupo insurgente realizó esta acción política de manera autónoma sin injerencia de los trabajadores, sin embargo, la empresa realizo las acciones jurídicas necesarias para vincular a los trabajadores con el secuestro. Este hecho solucionó la huelga, pero generó grandes líos jurídicos para el sindicato, afortunadamente las autoridades lograron establecer que el sindicato no tuvo nada que ver con el secuestro.

Bueno en Indupalma se logró, pero ¿qué pasó en Hipinlandia? Pues nada, a nosotros todavía no nos tocaba, tuvimos que soportar ocho años más, y en 1985 logramos replicar la victoria lograda en Indupalma y aprovechando el auge del sindicalismo desterramos también el fenómeno de los contratistas. Pero esta victoria no fue nada fácil, fue necesario una huelga de 62 días y diferentes acciones políticas como marchas, caminatas, protestas públicas y la más importante, la toma pacífica del consulado Español con sede en Bucaramanga de donde fuimos desalojados violentamente por la policía y trasladados a la cárcel Modelo.

Gracias al escándalo que generó esta acción se logró visibilizar el conflicto y la empresa se vio obligada a sentarse a negociar. Como estábamos en la cárcel se hicieron los arreglos para instalar la mesa de negociaciones en el centro carcelario, pero gracias a que el vicecónsul no presentó cargos fuimos liberados antes de iniciar las negociaciones. Aún hoy me da gracia la idea que significaría firmar una convención colectiva en la cárcel.

Pero este triunfo no duró mucho, a inicios de los años noventa, el sindicalismo fue duramente golpeado por el creciente fenómeno del paramilitarismo quien perseguía cualquier viso revolucionario en las comunidades, y el sindicalismo que siempre fue asociado con las guerrillas era un blanco ideal. Así sufrimos una de las más duras campañas de exterminio, situación que terminó por limitar la acción sindical al punto que las convenciones colectivas solo giraban en torno a un escaso aumento salarial.


El ya muy complicado orden público disminuyó la capacidad de lucha de los sindicatos y trabajadores, esto fue aprovechado por las empresas, quienes apoyándose en la Ley 79 de 1988   decidieron dar el paso hacia la búsqueda de la erradicación del sindicalismo en la región. Así las cosas, Indupalma en 1996  da un vuelco al sistema de contratación vigente, y cambia en su totalidad los contratos del personal que laboraba en el campo e impone con fuerza y vigor el sistema cooperativo dando término aproximadamente a dos mil empleos directos para convertirlos supuestamente en empresarios o asociados.

Y como ya era de esperarse este modelo implementado por Indupalma también llegaría a Hipinlandia que para la fecha ya había cambiado su razón social por Palmas del Cesar y en 1997 con la necesidad de contratar personal para reemplazar el que había salido por medio de un plan de retiro voluntario, aprovechando el debilitamiento del sindicato ocasionado por la disminución de los afiliados y la presión política generada por el orden público, deciden organizar e implementar las E.A.T (Empresas Asociativas de Trabajo) argumentando que no era posible contratar directamente porque les salía muy costoso. Así comenzó a implantarse nuevamente, pero con otro nombre, el sistema de intermediación laboral ilegal en la empresa.


A diferencia de lo ocurrido en Indupalma aquí fue de manera más escalonada. Iniciaron con cinco (5) E.A.T. cada uno con un máximo de 10 trabajadores y sólo en actividades específicas de la palma como la labor de mantenimiento. La organización sindical Sintrainagro ante este hecho manifiesta a la empresa su rechazo total a esta modalidad de contratación, de inmediato la empresa pone en marcha el plan de poner en contra del sindicato a los trabajadores que hacían parte de estas E.A.T. diciéndoles que el sindicato no los quería dejar trabajar, a estos trabajadores. Para esto la empresa inició pagándoles muy bien por su trabajo. 

Esto ocasionó un choque de intereses pues la empresa los convenció de que esa era la única forma de tener un trabajo con la compañía y de que ellos pasaban de ser trabajadores a ser empresarios, táctica que replicaba la ya utilizada por Rubén Darío Lizarralde en Indupalma, todo esto con el fin de afianzar e instalar definitivamente este modelo de contratación, los trabajadores inmersos en esta modalidad de contratación pasaron de cincuenta a casi trescientos en un lapso de diez años.

El sistema de intermediación laboral ilegal utilizado por las empresas palmeras de la región con el tiempo ha ido mutando según convenga para sacarle el quite a la ley, pasando por:  el sistema de contratistas a E.A.T. (Empresas Asociativas de trabajo), luego a C.T.A. (Cooperativas de Trabajo Asociado), ahora S.A.S. (Sociedades Anónimas Simplificadas) Outsourcings, OPS, y el Contrato Sindical, todas estas son formas de precarizar el empleo, evadir las responsabilidades laborales y eliminar las organizaciones sindicales.

El modelo de intermediación laboral ilegal se extendería en Palmas del Cesar hasta el año 2015 cuando por medio de la lucha los trabajadores y una huelga de 87 días logramos eliminar la intermediación ilegal. En cambio, en Indupalma no ha sido posible pues la empresa aprovechando su poderío económico se aferra a la sostenibilidad del modelo, donde mantiene intermediados a 1800 trabajadores, pasando por encima de la ley, de los derechos humanos y de la dignidad de los trabajadores, violando los principios éticos y los convenios internacionales del trabajo.

La intermediación laboral ilegal transgrede todo tipo de derechos y normas, degrada la economía, desnaturaliza el trabajo, impide el desarrollo de las naciones, elimina las libertades, maltrata la dignidad de los trabajadores y las comunidades, impide el desarrollo humano, impide la educación y la cultura, suprime la alegría; es una guerra silenciosa que cobra vidas porque en esencia es eso, nos impide vivir y disfrutar la vida, además frena el desarrollo económico del país.



             Fuente: Cristo Vergel


Por todas las razones antes dichas, la intermediación laboral ilegal merece la más dura campaña para lograr su erradicación, pero es necesario el concurso del gobierno, de los trabajadores, de los empresarios, de las autoridades, de los defensores de derechos humanos, de los estudiantes que se están formando actualmente para engrosar las filas del trabajo, de todos absolutamente todos, porque sólo cuando el trabajo pueda realizarse con todas las garantías y libertades, solo allí será posible el verdadero desarrollo de las personas y el mejoramiento de sus condiciones de vida.  Sólo cuando todos logremos comprender lo dañino que es este modelo podremos lograr un cambio sustancial, por todo esto es imperativo cerrar filas en la lucha contra este flagelo, para como dije antes, poder vivir, vivir con dignidad y libertad y lograr desarrollarnos económica y socialmente.


FEMINISMO Y WAHABISMO

Por Jonathan Andrés Rosas Medina
Politólogo. 

Paso a paso la creyente forma parte de la vorágine humana de la tawaf, en el mes lunar dul-hiyya. Ésta es una circunvalación sagrada en torno a la Kaabá, un enorme edificio enlutado que resguarda un meteorito adorado desde tiempos preislámicos. Desde entonces deja a la ciudad y a sus naturales incluido Mahoma, una nada despreciable suma del peregrino.

Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/Niq%C4%81b#/media/File:EFatima_in_UAE_with_niqab.jpg

La dirección y el destino del hajj de esta sacra peregrinación, que toda musulmana debe realizar al menos una vez en su vida es la Meca, donde realizará el tawaf. Hacia allí gira el mundo espacial de la mujer creyente en el islam, que ora diariamente hacia ese destino idealizado. Son pocas las que pueden costear este turismo religioso prescrito. Menos harán el umrah o peregrinación menor, que es tal por no ser en el mes indicado, aunque muy promovido en el mes del ramadán.

Las que lo realizan en éste último mes conocen bien la importancia no solo del dónde sino del cuándo. Porque es en el ramadán en el que nació el pilar del islam: el Corán, un compendio de versículos o aleyas ordenadas en suras, reveladas en la Meca y Medina al analfabeta Mahoma según el mito. Éstas junto a los hadiches o dichos que se le atribuyen comprenden la Sharía, o ley islámica.



Para hacer el hajj una mujer tunecina debe asumir estar en una realidad alterna a su secular patria. El abismo en derechos entre ella y una saudí, la obliga en la Meca a ceñirse a las estrictas leyes bajo la lectura jurídica wahabita, escuela de interpretación ésta increíblemente estricta en su exegesis de primacía masculina. Lo determinado en las calles es que la mujer deba cubrirse de pies a cabeza, ya sea con un niqab, un burka, o un hiyab con la abaya. 

Lo importante para el caso es que quede claro que su sexualizado cabello, y más aún su cuerpo en pleno no es de su propietaria, sino de su esposo o de su padre, y revelarlo expone no solo su integridad física, sino también los expone a ellos a la vergüenza.

En la aleya 59 de la sura 33, se encubre la apropiación del cuerpo femenino por él o los redactores del Corán, se hace en forma de protección, prescribiéndolo taimadamente:

“¡Profeta! Di a tus esposas e hijas y a las mujeres de los creyentes que se cubran desde arriba con sus vestidos. Esto es lo más adecuado para que se las reconozca y no se las ofenda. Allah es Perdonador, Compasivo.”

El musulmán aprende entonces a no ofender si la mujer está cubierta. Ellas deben demostrar que son musulmanas creyentes, de lo contrario es responsabilidad de ella y de su padre o esposo lo que les ocurra.

Esto último, porque es a estos a los que se les entrega la norma en la aleya. La mujer invisible aún como interpelada, pero visible como propiedad. En el contexto coránico, ellos son los que pagan y reciben la dote, una transacción que objetiviza la mujer. Se deja claro que el administrador se hace responsable de lo administrado. Ahora si no se puede administrar existe la posibilidad del repudio de la esposa, con ello en esa época y en la actualidad para el reino saudí la mujer es condenada a la pobreza y exclusión social.

Ella no puede repudiar al marido. La responsabilidad del respeto al otro queda en la mujer y no en el hombre. La mujer es la que debe cubrirse, la que debe obedecer a su padre o esposo, de ellas depende no solo el ser agredidas sexualmente sino el buen nombre de ellos, como veladores de la sharía.

Tawaf y Silencio

La mujer irrespetada calla entonces, porque si fue agredida es por su culpa, y si revela la falta pone en el ojo publico a sus familiares, a sus cuidadores. Los movimientos #MeToo y #MosqueMeToo dejaron ver éste cesgo, en pleno tawaf. La mujer era vulnerada en medio del rito, cuando en las redes sociales empezaron a exponerse los ultrajes sexuales a éstas llevados a cabo en esa masa deforme en la que se convierte la feligresía, al dar las siete vueltas prescritas entorno a la kaabá. Allí bajo el anonimato y los forcejeos las víctimas optaban por callar frente a los tocamientos abusivos.

Resistencia como sujeto creyente

La sujeción social, aquel pilar de Simone de Beauvoir, en donde la mujer no nace sino llega a serlo. Es para la musulmana y en particular para la saudita un yugo identitario: allá cuando la cultura asigna roles deben asumirlos en un abismo asimétrico de género vigilado por la clerecía wahabita.

Surge la resistencia a esta interpretación de la shariadesde una versión de feminismo de identidad. Las feministas musulmanas formulan sus exigencias de lo que a su juicio dice dicho compilado, riñendo entonces con lo que suponen los ulemas es la lectura correcta. Ellas asumen esta necesidad de construir una versión propia que desemboque en una paridad con los hombres. Una abanderada es Amina Wadud, una estadounidense a la que difícilmente se le ve sin velo, quien en 1994 siguiendo su lucha por la igualdad llegará a dirigir en Sudáfrica un sermón del viernes restringido a los imanes.

Ejemplo desde Sudáfrica, para la musulmana feminista y saudita que resiste día y noche un apartehid de género, cuyo bloque hegemónico no se cansa de ahogar el llamado a la perseguida igualdad.

Las luchas Saudíes

Las luchas en Arabia Saudita son por básicos como poder manejar un automóvil. Incluso para esto tuvieron nueve meses de espera para ver parir lo decretado por el rey Salman Bin Abdelaziz, solo hasta junio de 2018 obtuvieron sus sus carnés de conducir. Mandato precedido por todos los filtros anacrónicos en el mundo musulmán, pero que en la monarquía saudita siguen vigentes, como el consejo de ulemas que funge para velar por el cumplimiento de la sharía, de su versión claro está.


Antes de la primavera árabe, en 1990 las mujeres saudíes se movilizaron buscando poder conducir, pero muchas fueron detenidas. Por esto se adaptaron haciendo una movilización individual pero “masiva” en 2011, dando uso a las redes sociales como youtube, twitter o facebook, la ejecución fue creativa: de forma separada documentaban la proeza del acto ilegal, y para mayor protección en lugar de escafandras, llevaban niqab.

Estas protestas en el el ciberespacio, se presentaron de forma itinerante aunque con mayor cubrimiento de los medios extranjeros, hasta que la monarquía dio el brazo a torcer, incluyendo la exigencia en una serie de reformas “modernizadoras”, en las que ellas ahora podrán ir a espectáculos deportivos, aunque con un acompañante o mahram.

Muchas de las bisabuelas o abuelas, de las mujeres que participaron en las protestas para adquirir estos mínimos, seguramente suspiraban décadas atrás al enterarse que sus congéneres en la Turquía de Atatürk obtenían el derecho al sufragio en 1934, uno de los primeros países del mundo en otorgarlo.

Sí, las bisabuelas, porque las mujeres saudíes pudieron votar solo desde 2015 en las poco relevantes elecciones locales, aunque siguieron necesitando de un acompañante para ir al trabajo, a estudiar, y en algunas zonas del país también requieren de este mahram, para acudir al médico. Seguramente, es difícil conciliar el sueño con la zozobra de un imprevisto en su salud, y no contar con alguien en el momento de la dolencia. Insomnio más acucioso si ella es pobre, dado que le será casi imposible tener una compañía constante en una sociedad cada vez más desigual que exige a todos los miembros de las familias humildes producir.

En esa situación, es muy lejano plantearse el derecho al aborto en casos de violación o malformación fetal, adquirido por las tunecinas y turcas ya hace años, menos aún cuando el mecanismo para obtener este u otro peldaño para avanzar en la igualdad: la protesta, es castigado en la tierra natal del mítico Mahoma con increíble dureza.

Basta señalar, que hoy Israa al Ghomgham está en espera de si se da luz verde o no a su ejecución, con verdugos que parecen inmunes a la critica internacional. Su crimen: participar en las protestas de la primavera árabe en 2011. No tenía pocos argumentos, aparte de ser mujer, era chiíta, minoría religiosa que en este país sunita de la península arábiga sufre de constante discriminación.

PRESENTACIÓN LIBRO: FENOMENOLOGIA DEL ESPIRITU DE HEGEL POR ESTANISLAO ZULETA

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Iván Camilo Cardona Farias
Politólogo de la Universidad Nacional de Colombia
Grupo de Investigación de Presidencialismo y Participación.



El presente texto tiene como fin dar una pequeña introducción del proceso que se llevo a cabo por parte del grupo de investigación de Presidencialismo y Participación de la Universidad Nacional de Colombia para recopilar unos seminarios dados por el maestro Estanislao Zuleta en la Universidad Libre sobre la Fenomenología del Espíritu de G W F Hegel; en un primer momento, se realizó la compilación de estos seminarios con la grabación de unos audios de los cuales no tengo su copia pero que fueron transcritos a máquina de escribir (supongo que en la década finales de los setenta) y posteriormente fueron digitalizados por mi persona para hacer más fácil su lectura y futura edición y publicación de éste inédito, que ha de convertirse en un clásico del análisis filosófico en Colombia.


En un segundo momento el propósito de este texto es hacer una invitación para que los lectores de la revista pensamiento de ruptura se acerquen a la filosofía hegeliana, fundamental para comprender a pensadores posteriores a él, que lo usaron como sustento, como sustrato, como base para construir una nueva teoría y refutar de manera critica su concepción de la dialéctica, el idealismo y la cosmovisión o su forma de entender la vida material, como lo harían en su momento Marx y Nietzsche; la invitación que quiero realizar es con respecto al tema inicial que en el texto del maestro Zuleta va a ser, de alguna manera, el hilo conductor de esta obra: ¿es necesario un prologo para presentar una obra filosófica? O de manera más clara ¿en las obras filosóficas se hace necesaria la generación de un prólogo?, la idea es debatir sobre estas preguntas y luego adentrarnos un poco sobre la concepción del concepto fenomenología, ¿qué significa fenomenología? ¿Por qué Hegel utiliza este concepto?

La idea es inculcar el gusano de la curiosidad en los lectores para que se adentren en el mundo de la filosofía hegeliana y puedan comprender y debatir la importancia que tiene para el pensamiento contemporáneo seguir leyendo las páginas de la fenomenología del espíritu, comprender que implica hacer el ejercicio de invertir la formula hegeliana de la dialéctica, como lo haría Marx, y aportar una nueva interpretación de la relaciones sociales, que son en ultimas las creadoras de las dinámicas actuales en términos sociales, culturales, políticos y económicos que nos transforman en unas personas especialmente criticas de nuestro momento histórico.

Fuente: https://de.wikipedia.org/wiki/Geschichte_der_Sozialdemokratischen_Partei_der_Schweiz#/media/File:Karikatur_Das_Verh%C3%A4ltnis_Arbeiter_Unternehmer.jpg


El prólogo a una obra de filosofía es innecesario para Hegel, pero paradójicamente lo realiza, pues como explica Zuleta “En el prefacio que precede a su obra un autor explica habitualmente el fin que se ha propuesto, la ocasión que lo ha conducido a escribir y las relaciones, que, a su juicio, su obra mantiene contra los tratados precedentes o contemporáneos que se refieren al mismo asunto”(Zuleta, 2018); es innecesario porque un prologo o prefacio sobre una investigación filosófica desnaturaliza esta última, pues es en su devenir histórico, fenomenológico, si se quiere, en donde se forman, se consolidan y se critican los principios o dogmas que se refieren a cierta idea o asunto; hablar desde afuera, como se hace en un prefacio, hablar desde afuera de un resultado sin tener en cuenta el proceso mediante el cual se llega a él, deja vacía en si misma la idea de filosofía, como lo dice el propio Zuleta:

En filosofía no se podría hacer eso (el prólogo), porque los resultados no tienen ninguna validez, sin el hecho de que dependan de un desarrollo necesario, que conduzcan a ellos. Por otro lado no hay ninguna manera, de presentar la filosofía, por ejemplo, comentando los resultados de una investigación y comparándolos por otros puntos de vista sobre los mismos temas en otras investigaciones, es decir de hacer un prefacio, puesto que la única manera de presentar una tesis filosófica es presentar la exposición de todo el desarrollo que conduce necesariamente a ella; en cambio presentarla como un resultado y luego ponerse a hacer comentarios, no hace parte de la presentación de la verdad filosófica.”(Zuleta, 2018)
Para Hegel la conciencia precede la materia, la conciencia va dirigida al objeto de esta y por lo tanto lo real es producto de la conciencia, el objeto en si es reconocido como un objeto para la conciencia, de ahí que en un primer momento, para Hegel la conciencia sea de carácter dogmático, esto es que esta 100% segura de su propio saber y conocimiento, como lo diría Descartes: Pienso luego existo, en este momento la pertinencia de un prólogo a priori se hace valida, pero cuando esta (la conciencia, el espíritu) se da cuenta de su propio error de valoración de la realidad, entra una segunda figura: la autoconciencia (la conciencia toma conciencia de sí): en donde se reconoce en el objeto en si como un reflejo de su propio juicio y no como lo que es: un objeto material, ésta se transforma y pasa de ser dogmática a una conciencia escéptica; dicho lo anterior lo que se trata de explicar es por que para Hegel no es pertinente el uso de un prefacio:
(…) la idea misma de hacer un prefacio queda descalificada, en cuanto a que el prefacio trataría de los resultados a que el autor ha llegado; resultados de los que nada podemos decir, ni saber realmente, en tanto que verdades, si desconocemos el proceso que a ellos conduce (…) porque sería poner el resultado antes del proceso, y antes el proceso carece de verdad, puesto que la verdad es la necesidad del proceso, del cual es resultado. De todas maneras, sigue con el prefacio en su obra.” (Zuleta, 2018)
El conocimiento no es algo que simplemente ponga en contacto a la conciencia con el objeto, el conocimiento es producto de la experiencia de la conciencia, en donde esta se va corrigiendo en el devenir de su historia, de su movimiento, esto es fenomenología, pero para adentrarnos antes a la categoría como tal es necesario comprender que para Hegel la naturaleza como es espíritu son resultado de lo absoluto, de la totalidad inmanente, si lo queremos ver en términos spinozianos, y mas que eso, son lo absoluto; para Hegel la filosofía va más allá del arte, la filosofía es ante todo una ciencia de los absoluto: una ciencia de la naturaleza y el espíritu.
Partiendo de ese principio la filosofía hegeliana se puede comprender dividiéndola en tres momentos nucleares (para facilitar su comprensión), un primer momento es de carácter lógico: en donde la comprensión de la idea (o si se quiere la conciencia) en si misma, se denominara como el espíritu subjetivo, un segundo momento seria concebir la naturaleza o la idea de la naturaleza como un espíritu objetivo y un tercer momento donde Hegel interpreta la filosofía como la filosofía del espíritu: la que estudia la idea en sí y para sí: el espíritu absoluto.
Solo nos adentraremos a la primera noción, pues la idea es que los lectores se familiaricen con el desarrollo conceptual que realiza Zuleta en su inédito para comprender la fenomenología en su complejidad.
La Fenomenología es el estudio, de la consciencia, de la experiencia tal como se ofrece a la consciencia: la de Hegel o la de Husserl, o como dice Hegel, la de Kant, porque Hegel considera, por ejemplo, que la Critica de la Razón pura, es una fenomenología: es inclusive hasta el momento en que él escribe ésta, según él mismo, la fenomenología misma. Es pues, fenomenológico el estudio que averigua como, de qué manera la consciencia, experimenta su objeto, el ser, dijéramos, o el mundo si se prefiere y se experimenta a sí misma: averiguar eso, es hacer fenomenología.” (Zuleta, 2018)
El profesor Zuleta interpreta la fenomenología hegeliana como un desarrollo teórico que esta por fuera del a comprensión de su época, la sitúa a la par del psicoanálisis Freudiano y a la par de la filosofía vitalista Nietzscheana en el sentido que ésta, para Nietzsche, es escrita para los hombres del futuro, como deja claro en su Zaratustra: un libro para todos y para nadie; cito al respecto un comentario que realiza Zuleta con respecto al concepto de dialéctica para hacer visible el desarrollo de la idea a la que quiere llegar:
Si queremos exponerlo en términos un poco más próximos a Freud, por lo menos para tener una referencia teórica, podríamos decir que: la diversidad es la determinación puramente negativa, de una negatividad puramente exterior, que solo ve en lo otro, lo que le es propio, y no ve la afirmación como negación interna, y, en consecuencia, como presencia en si de lo otro. Como se ve, la dialéctica de los términos propuestos implica concepción dialéctica de cada termino, tal como se efectúa en la contraposición; consciente-inconsciente, finalidad-represión, tendencia-tendencia negada y realizada, resultado exterior-deseo inconsciente, diversidad-identificación.” (Zuleta, 2018)
Siguiendo el comentario al respecto de la fenomenología, Zuleta nos comenta que en la lectura de Hegel se presenta problemas de carácter comprensivo, porque hasta autores de la talla de Nietzsche no logran comprender en su complejidad la propuesta teórica del padre del idealismo pos kantiano; la idea es, en ese sentido hacer mas comprensivo su planteamiento filosófico para comprender cual es el deber ser, si lo hay y lo que es en sí la filosofía como ciencia; la idea misma del Dios cristiano que ambos autores alemanes complejizan y debaten desde sus puntos de vista es efectivamente transformada, dinamizada y deconstruida siguiendo parámetros similares, por un lado Hegel nos habla del mito del diluvio en tres de las principales civilizaciones del mundo antiguo: la griega, la persa y la judía para ejemplificar mejor su conceptualización sobre la fenomenología y como la conciencia del espíritu se transforma según su propio devenir histórico.
Mientras que para Nietzsche dios en su concepción histórica y moral ha sido asesinado por el propio hombre a través de la ciencia y la inculcación de nuevos valores establecidos, de nuevas tablas, para el autor Dios ha muerto por culpa de su propia compasión hacia los hombres, que lo han creado a su imagen y semejanza.
La fenomenología estudia pues la historia que va, -ese es el programa de Hegel- de la consciencia inmediata (que se puede denominar también, por ejemplo, la sensación) a la consciencia plenamente desarrollada, que Hegel denomina el saber absoluto, tal como se ofrece finalmente en la filosofía, en el arte, en la religión según Hegel, y se refiere a la religión, pero a la religión interpretada por él, y no en la consciencia de sí, que ella tiene; por eso, pues, el saber absoluto contiene igualmente la religión, o incluso podríamos si quisiéramos abonarle a Hegel, esa introducción o intromisión de la religión, podríamos decir, que la religión en la medida que Hegel la trata como, para decirlo en estos términos, psicoanálisis del inconsciente colectivo en su desarrollo histórico: eso es aproximadamente la religión de Hegel.” (Zuleta, 2018)
En conclusión la filosofía, como ciencia del espíritu, mas que una forma de arte, es la búsqueda científica de los hechos concretos que hacen posible comprender puntos de vistas tan disimiles sobre cualquier hecho en la realidad fáctica, la invitación que abierta para los lectores, pues el reto es comprender a Hegel mas allá de Marx, comprender sus puntos de vista y teorías más allá del mismo Hegel y sobre todo aprender de él, pues aún es posible, cómo el método fenomenológico puede ayudarnos a descifrar mas las problemáticas actuales de nuestra sociedad contemporánea, finalizo citando entonces al maestro Zuleta que nos habla de la filosofía en los términos que comprendía Hegel:
El proceso de la filosofía no se puede pues justificar, como un resultado, ni como propósito, esto buscamos; tampoco se puede dar una tendencia, por ejemplo, un método vacío: procederemos así; es necesario integrar los tres momentos, como momentos interdependientes, o no se dice nada en filosofía. Bueno, entonces llegamos a esta conclusión: ¿para qué un prefacio? ¿qué es lo que él está diciendo? Sin embargo, este otro problema: cómo comienzo el proceso del saber y cómo el hecho de seguir el objeto en todos sus momentos no es el choque inicial con los objetos del saber tampoco.” (Zuleta, 2018)

FILOSOFÍA DE LA PRAXIS: UN DEBATE INACABADO EN EL MARXISMO

Por Colectivo Memoria y Acción.


Fuente: https://commons.wikimedia.org/wiki/Karl_Marx#/media/File:MarxEngels_3a.jpg

Crear una nueva cultura no significa hacer sólo individualmente descubrimientos originales, sino también, y especialmente, difundir críticamente verdades ya descubiertas, socializarlas, por así decirlo, y por lo tanto convertirlas en base de acciones vitales, elementos de coordinación y de orden intelectual y social. Que una masa de hombres sea conducida a considerar unitariamente el presente real es un hecho filosóficamente mucho más importante y original que el hallazgo por parte de un genio filosófico de una nueva verdad que se conserve como patrimonio de pequeños grupos intelectuales. (Gramsci, 1975. p. 247) 


Cuando todo indica y anuncia el triunfo de los microrrelatos, que el análisis de la totalidad concreta ya no tiene vigencia, y que el imperio de lo fragmentario, local y descentralizado se erigen como patrones de conducta en la actividad política y en la academia misma, retumba el llamado que hace desde lo más profundo de las mazmorras las reflexiones de Antonio Gramsci. 

A contra pelo de esas modas intelectuales, hoy se busca rescatar sus aportes teóricos y políticos para el análisis de la situación concreta, intentándolo salvar del olvido, de la pasividad y la flexibilidad al que se intenta relegar, optando por recuperar al intelectual orgánico, el cual lideró al movimiento revolucionario italiano: obrera/os, campesina/os y demás explotada/os, con la agudeza de su mente y la grandeza de su liderazgo político. 

Para hablar de Gramsci, se debe de acercar a sus luchas políticas y revalorar sus apuestas organizativas, en este sentido no se puede entender separándolo de quien fuese uno de los máximos dirigentes del movimiento comunista revolucionario internacional: Lenin. A 80 años de la partida física del italiano y 100 años de la gesta bolchevique, se recobran sus aportes para pensar la práctica del intelectual orgánico en las condiciones específicas y así poder rendir el mejor homenaje a sus luchas, atendiendo al llamado que resuena en los oídos: Instrúyanse, porque necesitaremos de toda nuestra inteligencia; conmuévanse, porque necesitaremos todo nuestro entusiasmo; Organícense, porque necesitaremos de toda nuestra fuerza (Gramsci, 1919) 

El llamado a Lenin y a Gramsci cobra sentido hoy en la medida en que en el horizonte y en el seno del debate sobre la existencia del marxismo como filosofía y práctica transformadora, se avizoran corrientes que excusadas en los fracasos del “socialismo realmente existente”, en la impertinencia de ciertas categorías del marxismo “ortodoxo” para explicar el mundo actual y en los cambios del mundo globalizado, pregonan la deconstrucción del marxismo y de sus exponentes, con lo cual se pone fin a todo intento de aproximarse a un análisis de la totalidad concreta y, en consecuencia, de la posibilidad de una lucha antisistémica contra el capitalismo. 

En este texto pretendemos, como lo hizo Lenin en “Marxismo y Empiriocriticismo”, defender al marxismo como filosofía de la actividad revolucionaria y transformadora, es decir, como praxis de la transformación de la totalidad concreta. En esa medida destacamos de Lenin y Gramsci su compromiso intelectual y militante por la transformación de la sociedad y por dignificación de los sectores explotados y marginados. Este compromiso lo destacamos en sus constantes reflexiones fruto de su labor política y organizativa, las cuales son condensadas en el plano de la producción de conocimiento como labor política y que responde a situaciones concretas. 

Por último, hacemos una aproximación a la importancia de la praxis en el pensador revolucionario latinoamericano. El marxismo es la filosofía de la praxis ya que no sólo se piensa la praxis en términos teóricos sino que se piensa ser práctica, es decir, servir a la praxis. El propio Marx escribió “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modo el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo.”(1845), entendiendo que lo que se debía hacer no era solo explicar lo existente sino transformar lo existente. 

Al ponerse el marxismo no sólo como una filosofía que se piensa lo existente sino que lo transforma, el marxismo supera la mera especulación y pone la praxis como elemento central. ​Concepto de praxis Es claro que la realidad es una totalidad concreta, dialéctica, que se desarrolla a partir de la interacción de sus partes y que debe ser comprendida como lo que es, totalidad. 

Es claro también que el acceso a esta realidad está mediada por la manifestación de dicha realidad, es decir, el fenómeno, y que dicha mediación debe ser conocida a través del pensamiento dialéctico. Pero dicho pensamiento dialéctico comprende también que “El problema de si al pensamiento humano se le puede atribuir una verdad objetiva, no es un problema teórico, sino un problema práctico” (Marx, 1845). 

Entonces ¿qué es la praxis? La praxis, o actividad práctica, no es cualquier actividad. Sánchez Vásquez define “actividad” como “acto o conjunto de actos en virtud de los cuales un sujeto activo (agente) modifica una materia prima dada.” (2003, pág. 263). 

Un sujeto activo es cualquier elemento vivo y activo que pueda modificar algo existente. Un ejemplo podría verse en un gato arañando una pared, o en un mosquito volando por una habitación. Ahora, las actividades de los seres humanos, a diferencia de los animales, pueden ser de carácter irracional, como en el caso de los instintos, como racional, en el caso de la fabricación de un bolígrafo. Es decir, encontramos en el carácter racional de las actividades algo distintivo respecto a otros agentes activos. 

En el caso de la fabricación de un bolígrafo, los seres humanos han tenido primero la necesidad de realizar el bolígrafo, después han pensado el bolígrafo y después lo han ejecutado. Sánchez Vásquez, en esta determinación de un fin, un fin consciente y en su realización, pone un gran énfasis. “La actividad propiamente humana sólo se da cuando los actos dirigidos a un objeto para transformarlo se inician con un resultado ideal, o fin, y terminan con un resultado o producto efectivos, reales.” (2003, pág. 264) 

Es a partir de aquí que se entiende, por otro lado, que el conocimiento se genera a través de la praxis, ya que es sólo poniendo en función de una actividad que transforme la realidad con un fin que se comprueba si el fin, en su forma ideal, puede realizarse en lo práctico, incluyendo también la comprobación de hipótesis e ideas. En ese sentido, la producción de conocimiento tiene una gran ligazón con la praxis (Sánchez, A. Págs. 268-269). 

Lo anterior implica que la praxis se puede definir como una clase de actividad en la que hay una materia prima dada transformada de acuerdo a un fin establecido con anterioridad, y que es en el proceso de transformación que el ser humano conoce. En palabras del propio autor, “lo distintivo de la actividad práctica radica en el carácter real, objetivo, de la materia prima sobre la cual se actúa, de los medios o instrumentos con que se ejerce la acción, y de su resultado o producto.” (Sánchez, A. 2003, pág. 270) 

Es decir, la praxis tiene un elemento de carácter ideal, consciente, y un elemento de objetivación de dicho elemento ideal que tiene carácter teleológico. Por ello, aunque la actividad y la consciencia son dos elementos diferentes, la praxis es la unidad dialéctica de ambos. Sánchez Vásquez comprende cuatro tipos de praxis. 

En primer lugar estaría la productiva, que busca realizar productos que satisfagan necesidades humanas; en segundo lugar estaría la artística, que busca exteriorizar lo humano como necesidad misma, es decir, una praxis que exteriorice lo humano más allá de la mera satisfacción de necesidades sino como una satisfacción en sí misma; en tercer lugar estaría la experimental, que es se realiza con el fin de comprobar hipótesis (hipótesis que serían parte de una investigación con orígenes prácticos) o probar los resultados de determinadas acciones; y por último, la praxis política, que es la praxis de la determinación de lo social. 

Esta última praxis es la transformación por parte del ser humano de una realidad en la que está sumergido, y en ese sentido, es no sólo el conocimiento de la realidad humana y social lo que adquiere, sino que la crea. Ya que es a través de la praxis que conoce y transforma su realidad, la praxis revela al ser humano como “ser onto-creador, como ser que crea la realidad (humano-social) y comprende y explica por ello la realidad (humana y no humana, la realidad en su totalidad.” (Kosik, K. 1976, Pág. 241). 

En este sentido, la praxis es develar que el ser humano no debe comprender lo existente como definitivo y absoluto, lo que implicaría una visión de la realidad desde la seudoconcreción, sino que es a través de la praxis que conoce y transforma. Es por ello que la praxis permite comprender al ser humano como un ser que moldea su realidad, y en tanto producto de sus propias manos, puede transformarla. Marxismo como filosofía de la praxis Es claro que el marxismo hace un gran énfasis en la praxis: como elemento de acceso al conocimiento de la realidad, entendiendo la praxis como una unidad entre conciencia y actividad, entre lo subjetivo y lo objetivo. 

La apuesta del marxismo como filosofía de la praxis se puede ver en la famosa XI tesis de las “Tesis sobre Feuerbach” de Marx, que dice “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modo el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo.”(1845) Lo que se señala, es que el marxismo es un elemento de carácter teórico al servicio de la praxis, y no como mera interpretación. Cuando la praxis se vuelve revolucionaria, por ende adquiere, un carácter transformador elevado, el máximo posible, ya que busca transformar de raíz todo lo existente por otro orden diferente. 

Sánchez Vásquez resume dicha praxis política marxista de la siguiente forma En la sociedad dividida en clases antagónicas, la actividad revolucionaria permite cambiar radicalmente las bases económicas y sociales en que se asienta el poder material y espiritual de la clase dominante, e instaurar así una nueva sociedad. El agente principal de este cambio es el proletariado por medio de una lucha consciente, organizada y dirigida, lo que presupone la existencia de partidos que eleven su conciencia de clase y tracen claramente los objetivos de esta lucha, su estrategia y su táctica, que organicen las fuerzas y las dirijan. (Sánchez ,2003, págs. 278-279) 

La praxis es una clase concreta de actividad que transforma la realidad de acuerdo a unos fines, uniendo teoría y práctica, existiendo varias clases de praxis, siendo la praxis política, una praxis que permite transformar desde el ser humano al propio ser humano. Es a través de la praxis que el ser humano transforma su realidad y la conoce, por ello, la praxis devela que el hombre es un ser que conoce y crea su realidad. Es en ese sentido que el marxismo, al apostarle a una praxis política radical que busca transformar todo lo existente, y que el marxismo es una teoría al servicio de la práctica, que el marxismo es la filosofía de la praxis.

El intelectual en la filosofía de la praxis marxista Al igual que Lenin y Marx desde la lectura de Sánchez, la filosofía de la praxis en Gramsci destaca la articulación de la teoría y la práctica desde el marxismo precisando en la labor de los intelectuales en la producción teórica que se vincula con la práctica revolucionaria. Gramsci critica la teoría del intelectual del “plano individual” en el que su labor se reduce a ciertos círculos de intelectuales y hace una separación tajante de “las gentes sencillas”. (Gramsci, 1970). 

Para este la filosofía de la praxis es lo contrario a ello, es decir, debe presentarse ante todo como crítica del “sentido común” como conciencia de la clase dominante adoptada por las clases dominadas (Gramsci, 1967). Pero también como una crítica a la filosofía de los intelectuales como actividad de individuos aislados de “las gentes” y se distancia de la práctica transformadora, que no se da en ese “plano individual”. (Gramsci, 1970, pág. 12) 

Lo que plantea Gramsci no es una oposición a la labor de los intelectuales en un sentido estricto. La filosofía de la praxis se identifica más como la labor de los intelectuales de llegar a las “las gentes sencillas” para que con estos como filósofos e intelectuales emerja un “‘bloque intelectual-moral’ que haga posible un progreso intelectual de masa y no solo de limitados grupos intelectuales” (Gramsci, 1970, pag. 12). 

En lo que se ha dicho de la filosofía de la praxis, se puede denotar un punto que identifica Sánchez en Marx y Lenin, y en lo dicho de Gramsci. Desde la filosofía de la praxis “La teoría revolucionaria no se desarrolla en aras de la teoría misma sino en nombre de la praxis” (Sánchez, 1980, pag 288). En el marxismo la praxis es el punto central como práctica revolucionaria, la cual se vincula a la misma teoría, sea desde la misma labor de los intelectuales que vinculen a “las gentes sencillas” o a la población como intelectuales orgánicos, pero articulando la práctica con la teoría, para la primera no se vuelva utópica y que la segunda no se deslinde de la práctica revolucionaria como la praxis. Reflexiones teóricas y experiencias Sobre este aspecto del lugar de la praxis en el marxismo, es importante rescatar la distinción que hace Lukács entre el pensador del materialismo histórico y del proletariado, y el “marxista lugar”.

En ella recae un problema fundamentalmente de visión puesto que, según Lukács, el marxista vulgar, comúnmente reacio a la confrontación abierta con la burguesía y el estado de cosas dado, ve en la sociedad burguesa un conjunto de estructuras e instituciones invencibles y, por ende, el avance de la revolución proletaria se tornaría impensable (Lukács, 1924). Esto pone sobre la mesa un tema que aparece en el espectro de la praxis revolucionaria: la actualidad de la revolución proletaria y la sagacidad del representante del materialismo histórico para captarla. 

Como lo señala el mismo Lukács (Lukács,1924): Por lo tanto, el materialismo histórico pone -por lo pronto como teoría- la actualidad universal de la revolución proletaria como premisa. En este sentido la actualización de la revolución proletaria constituye el centro de la doctrina marxista, como fundamento objetivo de todo el período, y al mismo tiempo como clave para su entendimiento. 

Esta perspectiva es fundamental para entender la importancia de la sistematización de experiencias dentro de la praxis política de Lenin y Gramsci ya que, como lo ha demostrado la historia, estos dos grandes pensadores vivieron un período de múltiples convulsiones políticas y de las más profundas contradicciones del capital. Con la agudeza de su intelectualidad lograron reflejar las tendencias de su época, sin estar al margen de la mismo, por lo que pasaron a ser conocidos por reactivar el significado del materialismo histórico en tanto fueron capaces de comprender los problemas de su entonces para la liberación y el condicionamiento del proletariado. 

En la explicación de Lukács, el entendimiento de la actualidad de la revolución proletaria, por ejemplo, pone de manifiesto la importancia de no entender a esta como algo realizable de todas las formas existentes y en cualquier momento. Cuando se tiene una visión intrépida de las tendencias de una época se tienen las pautas de acción para el quehacer cotidiano de la agenda de la revolución proletaria, es decir, “tan sólo la relación de las acciones aisladas con este punto central, que no puede ser encontrado sino mediante el análisis preciso del conjunto histórico social, hace que las acciones aisladas sean revolucionarias o contrarrevolucionarias” (Lukács, 1924). 

De esta forma, siguiendo a Lukács, la actualidad revolucionaria se plantea como la forma en la que se relaciona el problema cotidiano particular con la totalidad histórica social y como momentos de la emancipación del proletariado (Lukács, 1924). Sobre este aspecto, inicialmente Lenin aparece como aquel que se preocupa por “el nexo más íntimo, más visible y más cargado de consecuencias de las acciones aisladas con el destino general, el destino revolucionario de la clase obrera en su totalidad” (Lukács, 1924). 

El núcleo o el eje central de la sistematización de experiencias en el caso de Lenin es su toma de posición sobre la praxis a partir de sus Cuadernos Filosóficos (1914-1916), en donde plasma una visión más madura del problema de la praxis en el marxismo, con respecto de su anterior perspectiva en Materialismo y Empiriocriticismo (Sánchez, 1980). Tal vez estos dos son los textos de mayor trascendencia filosófica del marxismo y los dos respondian al objetivo de delimitar muy concretamente al materialismo histórico como la filosofía del partido revolucionario. 

En Cuadernos Filosóficos se nota en Lenin una conceptualización mucho más compleja de la unidad entre pensamiento y objeto, influenciada por la dialéctica hegeliana y por la necesidad de dar una explicación al período de grandes cataclismos políticos y sociales que se vivían por aquel entonces alrededor del mundo. Desde aquel entonces Lenin se inclina por la dialéctica para entender el devenir de lo real, siendo esta correcta y sistemática comprensión de la realidad es una tarea política en sí misma por estar atravesada por la necesidad de llevar a cabo la práctica en un momento de agudas contradicciones. 

El conocimiento también queda sujetado en este orden de ideas a la dialéctica y con ello a su relación con la práctica. La unidad entre pensamiento y objeto, según Sánchez Vásquez, habría que verla ahora como una relación dinámica y de constante movimiento en la medida en que, al igual, eternamente surgen contradicciones entre la aproximación de la naturaleza en el pensamiento humano (Sánchez, 1979). 

De esa forma, la producción del conocimiento es una actividad dinámica en la que el ser humano mediante el pensamiento se aproxima al conocimiento del objeto o de la naturaleza. Además, es una actividad cognoscitiva creadora que se eleva de lo concreto a lo abstracto o de lo inmediato a los conceptos, es decir, “el conocimiento es una actividad, un proceso en el curso del cual se recurre a una serie de operaciones y procedimientos para transformarlos datos iniciales (nivel empírico) en un sistema de conceptos (nivel teórico)” (Sánchez, 1979:55). 

Este planteamiento nos vincula con la particular concepción de Lenin del vínculo entre el conocimiento y la práctica a partir de que la primera se toma como una actividad teórica que reproduce conceptualmente al objeto. Según Sánchez (1979), para Lenin la práctica se caracteriza por ser una actividad dirigida a un fin, en la que podemos identificar la retroalimentación entre el sujeto y el objeto, entre la actividad humana y la naturaleza en la que se desenvuelve. 

Por ello no se puede decir que la práctica tiene un andar expedito dentro del mundo objetivo, en vez de ellos enfrenta múltiples contradicciones, y por lo tanto, en la práctica política de Lenin se encuentra la necesidad de conocer adecuadamente la realidad para cumplir con los objetivos propuestos, como los señalamos anteriormente cuando hacíamos referencia a la actualidad de la revolución proletaria. Concretando lo anterior, Sánchez Vásquez (1979) menciona al respecto de Lenin que: Si la praxis es actividad subjetiva y objetiva, conocimiento teórico y práctica, superación de la unilateralidad de la subjetividad y la objetividad, podemos comprender la importancia que Lenin concede a la teoría, importancia que se pone de manifiesto en su propia actividad teórica y práctica política. 

La teoría no es exterior a la práctica, a la vez que esta última forma parte de la producción teórica. Desde que inicia su actividad revolucionaria, Lenin ha tenido conciencia de que las posiciones prácticas en la lucha real involucran posiciones teóricas. Allí donde la práctica política se estanca, deforma o desvía hay que ver también -pues "la subjetividad está en los actos mismos"- un estancamiento, deformación o desviación teóricos. (p. 59) 

Fiel a esta creencia, hoy podemos identificar a Lenin como un escritor empedernido, un pensador y representante del proletariado que plasmaba en sus textos el estudio del desarrollo del capitalismo y de las condiciones sociales, políticas y económicas no sólo de Rusia sino del mundo entero, además de los aspectos relativos a la organización del proletariado y las pautas de acción en la agenda de la emancipación del proletariado, entre otras, Nadia Krúpskaya (1978) escribe acerca de la rigurosidad 1 de Lenin en el análisis y sistematización de experiencias lo siguiente: […] Ilich basaba sus conclusiones en hechos rigurosamente cotejados. Este afán de basar las conclusiones en hechos se pone de relieve en sus primeros folletos de propaganda Sobre las multas, Sobre las Huelgas y la Nueva Ley Febril. No imponía nada a los obreros, todo lo demostraba con hechos. Algunos opinaban que esos folletos eran prolijos, pero a los obreros les parecían muy convincentes. 

El Desarrollo del Capitalismo en Rusia, importante trabajo de Lenin escrito en la cárcel, contiene numerosos hechos. Lenin, en cuya vida ha desempeñado un papel tan gigantesco la lectura de El Capital, recordaba que Marx había asentado sus deducciones en una colosal cantidad de hechos. (p. 15) Si seguimos con Gramsci encontraremos la misma mención a la importancia de la sistematización de experiencias y de la producción del conocimiento científico de la totalidad del conjunto social en tanto actividad práctica y política en sí misma. 

Esto se debe en gran parte, al igual que en Lenin, a la necesidad de dinamizar las fuerzas revolucionarias de la sociedad en un tiempo atravesado por la gran cantidad de hechos que expresan las contradicciones sociales, económicas y políticas del momento. Gramsci, además de ser un gran escritor, fue un personaje que estuvo en la vanguardia del movimiento obrero, lo que le permitió conocer de cerca la realidad y la actualidad de la revolución proletaria, especialmente del proletariado italiano, y las condiciones del desarrollo del capitalismo hasta ese momento. 

Sobre esto Kohan (2013) puntualiza: Insistimos: aunque hoy se olvide, Gramsci fue un revolucionario, no un profesor académico 1 Esto lo llevó a escribir numerosos textos de la envergadura de ¿Qué hacer? (1902), El Estado y la Revolución (1917), El Imperialismo: fase superior del capitalismo (1916), El Desarrollo del Capitalismo en Rusia (1899), La Economía y la Política en la era de la dictadura del proletariado (1919), La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo (1929), entre otras. ni un burócrata acumulador de papers. Toda su obra es netamente política. 

Por eso los avatares de su publicación nunca fueron ni son independientes de los vaivenes políticos coyunturales. Principalmente del (ex) PCI. Lo particular de Gramsci sobre esta dimensión de la praxis se encuentra en su concepción de hegemonía y, consecuente a ello, su férreo compromiso por la “superación del modo de pensar concreto existente y por la naturaleza pedagógica de una acción intelectual/militante” (Migliavacca & Vilariño, 2011, pág 5), con una participación más activa de las masas populares en la construcción de un nuevo bloque histórico moral e intelectual. 

El accionar de los intelectuales, en medio de la unidad entre teoría y práctica, se juega en el ámbito de su participación “en la organización y dirección de la construcción de una concepción del mundo contrahegemónica” (Migliavacca & Vilariño, 2011, pág 5). La labor de este intelectual, en su práctica revolucionaria, en parte está en poner al descubierto la potencialidad de los oprimidos, cubierta por el “sentido común”, a partir de la creación de una “filosofía coherente” (Migliavacca & Vilariño, 2011, pág 5) que ponga en contacto el mundo científico con el mundo popular, generando un sentido de pertenencia o conciencia por la fuerza contrahegemónica en disputa. 

Por lo tanto, la producción de conocimiento y la labor del pensador del proletariado en Gramsci, además de descifrar las tendencias de una época y la actualidad de la revolución proletaria, tiene una función notoriamente pedagógica en la lucha contrahegemónica y marcadamente política puesto que “Todo es político, también la filosofía o las filosofías, y la única filosofía es la historia en acto, es decir la vida misma” (Citado en: Gruppi, 1978). 

En síntesis: Este nexo de teoría y práctica es el que autoriza a Gramsci a afirmar que la teoría y la realización de la hegemonía del proletariado (y este término, referido a Lenin, indica la dictadura del proletariado), tiene un gran valor filosófico, ya que hegemonia del proletariado representa la transformación, la construcción de una nueva sociedad de una nueva estructura económica, de una nueva organización política y también de una nueva orientación teórica y cultural. 

Como tal, la hegemonía tiene consecuencias no sólo en el plano material de la economía o en el plano de la política, sino además sobre el plano de la moral, del conocimiento, de la "filosofía". Por tanto, la revolución es entendida por Gramsci y lo repite continuamente como reforma intelectual y moral. Se trata de ver qué tiene en común, este concepto gramsciano, con el concepto de revolución cultural del que habla Lenin en los últimos años de su vida, sobre todo referido al campo ruso. (Gruppi, 1978) 

Nuestra América no ha estado exenta a recibir discusiones de tal talante, y José Carlos Mariátegui es quizá de los principales referentes para nuestro contexto, no solo en lo teórico sino también en la labor militante, la praxis política a la que se refiere Sánchez Vásquez. El autor peruano desarrolla la lectura del contexto para la implementación de prácticas reales de tal manera que propone una nueva forma de ver el marxismo desde la realidad latinoamericana, que el socialismo no sea “calco ni copia” sino “creación heroica”. 

Relativo al papel de la intelectualidad para los cambios revolucionarios, Mariátegui considera a la práctica en relación con la teoría incluso en los terrenos del arte, escenario en el cual tenía un amplio bagaje. Afirma Mariátegui(1991): “los intelectuales de verdadera filiación revolucionaria no tienen más remedio que aceptar un puesto en una acción colectiva (…) Los intelectuales son, generalmente, reacios a la disciplina , al programa y al sistema. Su psicología es individualista y su pensamiento es heterodoxo: En ellos, sobre todo, el sentimiento de la individualidad es excesivo y desbordante. 

La individualidad del intelectual se siente casi siempre superior a las reglas comunes. Es frecuente, en fin, en los intelectuales el desdén por la política. La política les parece una actividad de burócratas y de rábulas. Olvidan que si es así es tal vez en los periodos quietos de la historia, pero no en los periodos revolucionarios, agitados, grávidos, en que se gesta un nuevo estado social y una nueva forma política”(p.380) 

Y es en la Revolución de octubre donde se encuentra la referencia del intelectual comprometido con una causa política: “Y la Revolución Rusa, en Lenin, Trotsky y otros, ha producido un tipo de hombre pensante y operante, que debía dar algo que pensar a ciertos filósofos baratos llenos de todos los prejuicios y supersticiones racionalistas, de que se imaginan purgados e inmunes. Marx inició este tipo de hombre de acción y pensamiento. Pero en los líderes de la revolución rusa aparece, con rasgos más definidos, el ideólogo realizador. Lenin, Trotsky, Bukharin, Lunatcharsky, filosofan en la teoría y la praxis. 

Lenin deja, al lado de sus trabajos de estratega de la lucha de clases, su Materialismo y empiriocriticismo. Trotsky, en medio del trajín de la guerra civil y la discusión del partido, se da tiempo para sus meditaciones sobre Literatura y Revolución. ¿Y en Rosa Luxemburgo, acaso no se unimisman, a toda hora, la combatiente y la artista?” (p.17) En términos de las gestas revolucionarias a lo largo del continente, Cuba aparece como el más importante referente y allí también se vislumbra la necesaria relación entre la intelectualidad y las labores de militancia, en palabras de Ernesto Guevara: “Resumiendo, la culpabilidad de muchos de nuestros intelectuales y artistas reside en su pecado original; no son auténticamente revolucionarios. 

Podemos intentar injertar el olmo para que dé peras, pero simultáneamente hay que sembrar perales. Las nuevas generaciones vendrán libres de pecado original... Nuestra tarea consiste en impedir que la generación actual, dislocada por sus conflictos, se pervierta y pervierta a las nuevas” (Guevara,1965) Ahora, el hecho de que se plantee como un pecado original daría pie a concebir al intelectual como un enemigo de la revolución cuando no es así, por el contrario, y lo que quiere afirmarse va en la misma vía de Mariátegui cuando se refiere a la intelectualidad como naturalmente individualista pero proclive al cambio a partir de la puesta en marcha de su actividad para la transformación material del mundo. Ese es el principal llamado, volver a Gramsci. 

La visión del marxismo sobre la realidad es una visión que comprende la totalidad de lo existente como un elemento dialéctico, dinámico, concreto, que se puede comprender racionalmente y que supera tanto la idea de la totalidad como suma de hechos como la idea de la totalidad como algo superior a sus partes. El acceso al conocimiento de dicha totalidad se realiza destruyendo, mediante el pensamiento dialéctico, la seudoconcreción, develando que lo existente no es más que producto de la praxis humana. 

La producción teórica de los autores, no responde a meros intereses intelectuales, sino a su labor política y pedagógica concreta, por tanto, no son conocimientos sin ningún reflejo en su quehacer, tienen alto grado de maduración de las discusiones político organizativas del movimiento revolucionario. Por lo anterior, vemos la relevancia del conocimiento en la organización de masas y la relación directa que tiene dicha producción con la acogida por parte de los sectores marginales, es decir, su producción teórica es muestra de la labor del intelectual orgánico en su relación estrecha con las clases populares, por ello ejemplo de conciencia y compromiso. 

A 80 años de la desaparición de Gramsci, su obra intelectual y política, continúa siendo germen de esperanza para los excluidos, invitación constante a ser intelectuales orgánicos y transformar radicalmente la sociedad. Junto a Lenin, su ejemplo y reflexiones vuelven a alimentar las experiencias de millones de personas que aspiran a transformar el mundo, recobrar el espíritu de ambos pensadores tanto en la grandeza intelectual como en el liderazgo política es hoy más que nunca necesario si se quiere continuar sus luchas: tomar el cielo por asalto.




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